Ya decía Nelson Mandela que la educación es el arma más poderosa que tenemos para cambiar el mundo. Y razón no le faltaba. Conocer, a través de la educación formal y no formal, las causas, procesos biofísicos y consecuencias del cambio climático puede generar en la población un cambio en las conductas que día a día hacen que, de forma consciente o no, degrademos el medio y, como consecuencia, se altere el clima.
Gracias a la educación, también podemos encontrar las soluciones que hagan que seamos menos vulnerables a este fenómeno y mitiguemos o nos adaptemos a los cambios que se están produciendo en el planeta.
Para ello, necesitamos alfabetizarnos ambiental y climáticamente. Pero esto, ¿qué significa? Según el Programa de Investigación del Cambio Global (https://www.globalchange.gov) se define la alfabetización climática como la comprensión de la influencia que generamos en el clima y viceversa. Es decir, una persona alfabetizada climáticamente entenderá los principios esenciales del sistema climático de la Tierra, conocerá cómo evaluar la información científica, podrá comunicar dichos conocimientos de forma significativa y será capaz de tomar decisiones informadas con respecto a acciones que podrán afectar al clima.
De esta manera, si utilizamos esta herramienta como parte del proceso educacional de niños, adolescentes y, por qué no, de adultos, los problemas ambientales, incluido el cambio climático no se quedarán como asuntos tan inalcanzables que solo la ciencia podrá resolver.
La ciencia, bien enseñada y divulgada, hace de las personas individuos que se involucran en los procesos naturales de la Tierra, porque los comprenden y, al comprenderlos nos hacemos conscientes también de las repercusiones que nuestros actos tienen.
Deberíamos exigir que la Educación Ambiental y la Educación en Cambio Climático estén incluidos en los programas educativos con un peso tal que, al finalizar la etapa educativa, un individuo pueda cuestionar los modelos sociales y económicos que rigen el planeta y ser capaces de actuar en consecuencia y decidir tomar acción responsable y sostenible en su día a día a través de su consumo, de su dialéctica y en general en sus procesos sociales.
Y tú ¿estas alfabetizad@ climáticamente hablando?