En esta ocasión, La Cala Ecosocial tuvo la ocasión de asistir al desarrollo del día a día de una granja escuela.
Los beneficios que aporta este tipo de actividades en la naturaleza a los más pequeños (y no tanto) son un aprendizaje y una forma de acercarnos a las destrezas y habilidades que adquieren en un entorno como este.
Además, este recurso educativo ayuda a los profesionales de la educación a reforzar los conocimientos impartidos previamente en las aulas, facilitando sus procesos de aprendizaje, el contacto con la naturaleza, la observación del cuidado de los animales y la adquisición de valores medioambientales y respeto hacia mismo.
Tuvimos el privilegio de compartir con El Molino de Lecrín, a base de fango y alegría, que campo y urbe aún conviven.